Pero finalmente llega el día después y descubres que sobreviviste y has vuelto al presente con una lágrima en una mano y el souvenir de la boda de tu hijo en la otra; y a tu corazón, que de tantas emociones vibra enloquecido, llega la hora de calmarlo con palmadas simbólicas, como a un caballo enardecido al que es preciso decirle al oído, con voz pausada, que ya todo pasó y está bien, que está bien, que ya está bien, que todo está muy bien.
Galletas para bebé
Hace 9 años.
ohhhh no pasa nada.....